Llegaste,
para quedarte.
Llegaste como el que llega para pasar las navidades
y se acaba quedando hasta el año siguiente,
y el siguiente,
y el siguiente.
Llegaste como una estrella fugaz,
sin embargo, te quedaste iluminando mi vida cada noche y cada mañana.
Llegaste para agarrarme la cintura en cada beso
y susurrarme un te quiero cada noche.
Para endulzarme los desayunos y colorearme los versos.
Llegaste haciendo malabares con los buenos ratos
y funambulismo con las sonrisas,
tambaleándonos en cada paso pero pisando firme.
Fuerte.
Avanzando.
Llegaste y esta vez nadie reculó,
esta vez apostamos todo al mismo número y desbancamos al casino del amor.
Esta vez no nos hizo falta buscar salvavidas porque el barco no se hundió,
naufragamos de la mano y a conciencia,
queríamos perdernos en el amor
pero jamás darnos por perdidos.
Esta vez sabíamos lo que habíamos conseguido con tan solo mirarnos,
esta vez la magia nos haría avanzar y revolucionar el motor, el corazón.
Llegaste
y esta vez nos enseñamos a mar de verdad.
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